jueves, 27 de noviembre de 2014

Las manos juntas en las celebraciones litúrgicas

La posición de las manos en la liturgia es muy importante. Siempre es significativa.

Si no se dispone otra cosa, las manos de los celebrantes y los ministros deben permanecer juntas. Deben de observar esta disciplina mientras están en el presbiterio y en las procesiones.

Ahora bien, existen muchas formas de tener las manos juntas. Todos los días observamos distintas interpretaciones a la rúbrica de juntar las manos. Hay quien las junta por debajo de la cintura, y hay quien entrecruza los dedos.

A todo esto, ¿cuál es la forma correcta? La indica el Ceremonial de Obispos, num. 107, nota 80, citando el viejo Caeremoniale:

Las manos se juntan, palma con palma, con todos los dedos unidos, y el pulgar derecho cruzado sobre el izquierdo. El pulgar derecho debe pegarse al pecho.


Les dejo una foto de una ceremonia del Papa Benedicto XVI en donde se observa cómo debe de hacerse, y una de una procesión en la beatificación de Pablo VI en donde se aprecia la diversidad de interpretaciones personales que se le da a la rúbrica.


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