miércoles, 4 de junio de 2014

Incensación de los ordenandos

El Papa Francisco, en las ordenaciones que ha presidido este año, después de incensar el altar ha ido hasta el asiento que ocupa cada uno de los que serán ordenados presbíteros u obispos. Este gesto no está previsto en las rúbricas. Como siempre, no nos pronunciaremos sobre si es correcto o incorrecto que se haga. El Santo Padre es el supremo legislador en materia litúrgica y, por tanto, puede introducir este gesto para las ceremonias papales. En cualquier caso, podría hacerse un análisis desde la Teología Litúrgica, pero no es el objetivo de esta entrada.

En la Basílica de San Pedro no existe una sede fija, por motivos que en otra ocasión comentaremos. Por ese motivo, se pone una sede móvil frente al altar. Pero, para no estorbar en la incensación al inicio de la celebración, los empleados vaticanos ponen ésta y las sillas de los diáconos y ceremonieros hasta el momento en que terminó la incensación. Después la quitan durante la Liturgia Eucarística.

En la ordenación presbiteral llevada a cabo a principios de mayo, los empleados subían la sede en el momento en que el papa decidió incensar. Eso provocó que chocaran y se entorpeciera un poco el desarrollo del gesto.


Como siempre, Mons. Guido Marini fue muy previsor y tomando nota de lo ocurrido, para la consagración episcopal de la semana pasada dispuso todo para que llevaran la sede a su lugar hasta que el papa hubiera bajado del presbiterio. Con esto evitó que volvieran a chocar, y el gesto papal pudo llevarse a cabo sin contratiempos.

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